Vestimenta tradicional de Marruecos, de hombre y mujer: las principales prendas

Para hablar de la vestimenta tradicional de Marruecos, haría falta un libro entero en el que recopilar todas las prendas y complementos típicos del país. Pero está claro que cuando viajes al país, notarás que sus habitantes llevan mayoritariamente unas prendas de ropa muy distintas a las que estás acostumbrado a ver. Por ello, en estas líneas te contamos cómo es la vestimenta típica de Marruecos, de hombre y de mujer, para que puedas apreciar los diferentes estilos y calidades.

En la vestimenta tradicional de Marruecos se puede apreciar esa dicotomía que también se observa en otros muchos aspectos culturales: la gran diferencia entre las ciudades y el mundo rural. En las ciudades predomina una ropa muy arabizada, que fue introducida desde el siglo VII y enriquecida posteriormente con aportaciones andalusíes. En líneas generales, la ropa típica que podrás ver en las ciudades recuerda en cierta medida a la que se observa en otros países del norte de África, al menos en lo que se refiere a su tipología.

Aunque tu viaje te puede llevar por áreas rurales del Atlas, el Rif o el desierto del Sahara, verás mucho más trasiego de personas en las ciudades y, por tanto, encontrarás rápidamente el tipo de vestimenta árabe. A ella le dedicamos la mayor parte del espacio de esta página, pero también resulta interesante reservar un apartado para la ropa típica bereber, que encontrarás al final de esta página.

La mujer marroquí da gran importancia a la ropa, y eso se aprecia en las calidades de los tejidos y en la rica decoración de sus diseños. Así que no es casualidad que lleguen a desembolsar una cantidad elevada de dinero (teniendo en cuenta su nivel de ingresos) para comprar alguno de los vestidos que describimos a continuación, que suelen lucir con orgullo en fechas señaladas. 

El caftán, a menudo escrito también como kaftán, es una de las prendas más representativas de la vestimenta tradicional de Marruecos. Se trata de un vestido largo que destaca por el brillo de su tejido, en ocasiones de seda. Su corte es siempre suelto y amplio, y su manga, larga. 

Lo más llamativo del caftán marroquí femenino es la riqueza de los motivos decorativos: los más humildes son estampados, mientras que los más refinados presentan bordados por diferentes partes de la prenda, a menudo a contraste. Y los caftanes de mayor coste son aquellos que están elaborados a mano de forma artesanal, lo que explica que aún sean muchos los sastres artesanos que se dedican a la confección de este tipo de prendas.

El caftán tiene origen persa y se cree que fue introducido en Marruecos por los conquistadores árabes. En un principio, se trató de una prenda reservada a las mujeres de la corte, pero posteriormente su uso se fue extendiendo por toda la población. No obstante, las mujeres suelen reservar sus mejores caftanes para las ocasiones especiales, como bodas o fiestas señaladas del calendario musulmán.

En tiempos más recientes, algunos grandes diseñadores internacionales popularizaron los caftanes de mujer al recurrir a ellos para sus colecciones, aportando así un toque étnico y exótico a su catálogo. Fue el caso, cómo no, de Yves Sain Laurent, diseñador estrechamente ligado a Marrakech.

El takchita es, sin duda, otra de las prendas femeninas icónicas de la vestimenta tradicional de Marruecos. Y en ocasiones se confunde con el caftán, pues tiene algunas similitudes, pero también diferencias importantes.

Se asemejan en el brillo que pueden ofrecer algunos tejidos empleados en ellos, y también en contraste de sus ricos bordados. Pero se distinguen en que el caftán es un vestido de una sola pieza, mientras que el takchita lo es de dos:

• La pieza interior se llama tahtiya y es un vestido sencillo, sin demasiados adornos, que puede recordar a un caftán tradicional simple, con dos aberturas laterales
• La pieza exterior se llama fouqia o dfina y es un sobrevestido o caftán abierto, con una rica decoración de bordados y adornos, así como unas mangas de corte ancho para alojar con comodidad las mangas de la pieza interior. Este fouqia o dfina a menudo es muy largo, llegando incluso a arrastrarse por el suelo, lo cual suele denotar un nivel económico elevado

Otra diferencia importante es que el takchita se suele llevar con un cinturón o mdamma, que en ocasiones es el elemento de mayor riqueza decorativa, pues puede ser de seda y contener tejidos de oro o plata, así como incrustaciones de piedras preciosas (zafiros, rubíes, diamantes, esmeraldas…).

La vestimenta tradicional de Marruecos también engloba algunas prendas y complementos llamativos para los hombres. En líneas generales, suelen tener diseños más sobrios y sencillos, aunque también hay excepciones

Se puede decir, de manera simplificada, que la chilaba es un caftán con capucha, que nunca está presente en el mencionado vestido femenino. Por tanto, llama la atención que sea una prenda que pueden usar tanto hombres como mujeres, aunque también con algunas diferencias.

La chilaba masculina es larga y llega hasta los pies, pero suele ser más holgada. Además, no es infrecuente que sea de manga corta, mientras que ya hemos visto que el caftán suele ser de manga larga. Lo habitual es utilizar la chilaba a modo de sobreprenda para salir a la calle, por encima de la vestimenta habitual, retirándose posteriormente cuando se llega al destino. 

Los materiales más empleados para las chilabas son el algodón y la lana: el primero, más ligero y apto para ambientes cálidos, y el segundo más grueso, con mayor capacidad de abrigo en periodos fríos.

El fez o tarbush es un gorro que está ligado indisolublemente a la vestimenta tradicional de Marruecos, pues de hecho adquirió su estilo aquí. Más concretamente, en Fez, ciudad de la que recibe el nombre y donde se habría elaborado su característico tinte de color carmesí a base de bayas. Su diseño es troncocónico, con la parte superior plana, de donde se descuelga una borla de color negro.

Además de ser una pieza icónica de la vestimenta tradicional de Marruecos, surgida probablemente en el siglo XVII gracias a artesanos andalusíes, posteriormente fue asimilada por otras civilizaciones como símbolo de elegancia en las capas altas de la sociedad. Por ejemplo, entre los militares del Imperio Otomano.

Por lo que respecta al calzado, hay un artículo que sobresale por encima de todos: las babuchas. Las usan tanto hombres como mujeres, aunque es más habitual en un atuendo masculino. Están hechas de cuero, a menudo teñidas de color amarillo, pero también las hay de otros muchos tonos. Se caracterizan por ser abiertas en el talón y por estar rematadas ligeramente en punta en la parte de la puntera. Las hay lisas pero también troqueladas o con relieve.

Como alternativa tradicional a las babuchas están las sandalias, especialmente para las mujeres. La variedad de diseños aquí es mayor, con diferentes tramas de cintas de cuero, dejando siempre al descubierto el talón y, en ocasiones, la mayor parte del empeine y los dedos.

Si quieres comprar alguna de estas prendas de la vestimenta tradicional de Marruecos, nada mejor que adentrarse en los zocos de la medina para encontrar las más auténticas. Como decíamos, aún son muchos los artesanos que trabajan con esmero estos vestidos y complementos, por lo que perderse por las tiendas será toda una experiencia sensorial: no solo disfrutarás contemplando las piezas, sino también su tacto e incluso de su aroma, especialmente si están hechas en cuero natural.

La lista de zocos en Marruecos es muy amplia, pero uno que suele estar bien surtido de ropa y calzado es el Souk Semmarine de Marrakech, donde la calidad suele ser también elevada. 

Para caftanes y takchita de gala es preferible acudir a ateliers prestigiosos de las grandes ciudades, en especial en Casablanca, la más poblada del país. En algunos, como el Albert Oiknine, los precios pueden llegar a cifras de cuatro dígitos… o incluso más.

Además, si eres fan de la moda y quieres estar al tanto de las tendencias en este tipo de vestimenta, puedes seguir el Morocco Fashion Week, que es la pasarela de moda más importante del país, por donde desfilan los caftanes más lujosos y sofisticados, así como otras prendas típicas con una vocación más internacional.

En el mundo rural, la diversidad de ropajes es mayor, pues cada región tiene sus propias prendas típicas. Las tribus bereberes, siempre muy comprometidas con la conservación de sus tradiciones, han sabido preservar su ropa tradicional, que en buena medida está condicionada por las condiciones climáticas del entorno, como el frío de las montañas del Atlas o la enorme insolación y calor durante el día en el desierto del Sahara.

Hay algunas características básicas que se pueden apreciar en la vestimenta típica bereber. Por ejemplo, es habitual el uso de la lana gruesa en áreas de montaña, con la que tratan de protegerse de los rigores del frío. El colorido de la ropa bereber suele ser bastante más rico, combinando a menudo muchos de ellos en una misma prenda. También es relativamente común el uso de turbantes para la cabeza, tanto en hombres como en mujeres. De esos turbantes y de otras prendas suelen colgar borlas o grandes pompones, algo que no es tan usado en las prendas de tradición árabe. Y en los atuendos de gala femenino, es habitual que esos elementos colgantes sean piezas metálicas de orfebrería.

Para comprar vestimenta típica bereber es preferible visitar localidades y pueblos donde la población de esta etnia sea mayoritaria. Algunos ejemplos son Chaouen en las montañas del Rif, Rissani en el desierto del Sahara o en pequeñas localidades del Atlas, como Imilchil. En estos casos, será aún más interesante si adquieres tus prendas en los mercadillos semanales, donde la calidad media no es tan elevada pero el ambiente sí es muy genuino.

Si reservas tu viaje con nuestra agencia, no solo tendrás suficiente tiempo libre para ir de compras por las ciudades y por las pequeñas localidades de la ruta, sino que además te aconsejaremos sobre dónde comprar vestimenta tradicional en Marruecos, acorde con tu presupuesto y tus expectativas.