Arquitectura de Marruecos: todo lo que debes saber para admirarla
La arquitectura de Marruecos es una de las grandes responsables de la belleza de este país: las construcciones históricas son auténticos monumentos gracias a la armonía de sus elementos y, sobre todo, a su rica decoración. En esta página te contamos en qué se distingue la arquitectura de Marruecos y en qué te debes fijar para admirarla como se merece.
Tipologías de la arquitectura de Marruecos
En la arquitectura de Marruecos hay varias tipologías de construcción que predominan sobre el resto, como verás en tu viaje. Y por su belleza y originalidad se convierten en auténticos monumentos dignos de fotografiar. Son las siguientes:
- Palacios Reales: el territorio de Marruecos ha estado siempre conformado por reinos, y eso hizo proliferar las residencias reales. En algunos casos, como palacios de gobierno y vivienda habitual del sultán, y en otros casos como palacios de retiro o estancia temporal. Son conjuntos de grandes dimensiones, formados por distintas construcciones para alojar a la Corte dentro del recinto. Todo ello, perimetrado por una muralla o cerca de seguridad. En su interior no faltan los jardines que dan un toque de frescor natural muy del gusto del Islam
- Palacios o residencias señoriales: a diferencia de los palacios reales, son edificios que se suelen encontrar en plena medina, a veces adosados a otros edificios adyacentes. En ellos, el efecto sorpresa es espectacular: desde fuera, resulta difícil imaginar la grandiosidad que esconde su interior. No obstante, es habitual que su fachada tenga una portada de acceso elegante, a modo de arco triunfal enmarcado en alfiz y ricamente decorado, con un portón de madera acabada de modo exquisito. Su interior suele organizarse en torno a un patio central
- Mezquita: se trata de la principal tipología religiosa de la arquitectura de Marruecos, dado que se trata de un Estado islámico, como reconoce su Constitución. Por desgracia, no son visitables, salvo contadas excepciones, pero su arquitectura se puede admirar desde el exterior. Por lo general, son construcciones sobrias, donde el elemento más destacado y decorado es el alminar o minarete, la torre desde donde el imán llama a la oración. En su interior suele haber un patio de abluciones porticado y con fuente en el centro, después una gran sala de oración con un ‘bosque de columnas’, un mihrab o nicho y un púlpito (minbar) habitualmente de madera. Todo ello en el muro de la qibla (a oriente), que indica la dirección que deben adoptar los fieles durante la oración
- Otras tipologías religiosas: además de la mezquita, es posible encontrar templos de otras religiones, aunque en número muy reducido. Principalmente iglesias, sobre todo en el norte del país, y alguna sinagoga
- Madrasas: son escuelas coránicas para futuros imanes o para la enseñanza islámica a miembros de la alta sociedad. Por ello, son instituciones de gran prestigio. Así se puede ver en la arquitectura de todas ellas, especialmente en las históricas. La decoración cerámica de carácter geométrico suele ser deslumbrante, combinada a menudo con pasajes del Corán en caligrafía cúfica o cursiva, lo cual es un motivo ornamental en sí mismo
- Alcazabas y alcázares: antiguos castillos o fortalezas que, por su posición estratégica, permiten controlar todo su entorno, incluida la medina y las principales vías de acceso. Muy destacables son las fortalezas marítimas, levantadas en plena costa, a menudo sobre elevaciones rocosas que amplifican su impacto visual
- Medina: muchos de los anteriores edificios están en el centro histórico de la ciudad, es decir en la medina. Y estas medidas son, en sí mismas, estructuras representativas del urbanismo y la arquitectura de Marruecos. Normalmente circundadas por una muralla, en la que se abren diferentes puertas monumentales, es habitual que frente a su acceso principal se abra una gran plaza comercial, donde se montan mercadillos llenos de vida
- Ville Nouveau: en el siglo XX, Marruecos experimentó un gran impulso urbanístico fuera de las murallas de las medinas. Fueron barrios modernistas o ville nouveau, con un marcado estilo neomorisco pero con espacios más racionales, amplios y funcionales, a la moda de los grandes ensanches europeos
- Construcciones funerarias: en la arquitectura de Marruecos, otra tipología muy particular es la funeraria, a menudo a modo de gran mausoleo donde reposa la tumba de un soberano o como panteón de diferentes personajes, a menudo ligados a una dinastía monárquica. También cabe citar aquí los llamados morabitos, donde reposan los restos de un ‘santón’ o personaje religioso venerado en una determinada región
- Kasbahs y ksars: aunque hemos hecho referencia a las alcazabas y los alcázares más arriba, conviene dedicar un punto y aparte a las kasbahs, pues son una tipología muy original en la arquitectura militar de Marruecos. Las kasbahs son castillos bereberes construidos sobre todo en zonas pre-saharianas, como los valles del Draa o del Ziz, a menudo sobre colinas o montañas. Llaman la atención sus materiales, determinados por el entorno, principalmente adobe, pero también distintas maderas y arena con distintos tratamientos, incluso sin cocer. También son llamativos sus recursos decorativos, a menudo como simples incisiones en el barro o tramas geométricas de ladrillos. Los ksars son recintos fortificados más amplios, a modo de poblados inexpugnables, donde suele haber una kasbah en su punto más elevado
- Aljibes: la civilización árabe medieval es reconocida en el mundo como una de las mejores en cuanto a infraestructuras hidráulicas. Sus recurrentes sequías y la permanente escasez de agua obligaron a sus ingenieros a crear soluciones de máxima eficiencia. Ejemplo de ello son los aljibes, depósitos subterráneos en los que se almacenaba el agua de lluvia. Y algunos de ellos se conservan aún en buen estado, mientras que de otros solo nos quedan evidencias arqueológicas
- Baños públicos: entre la higiene y el encuentro social, los baños públicos árabes o hammams se inspiran en las termas romanas y son una seña de identidad de la arquitectura árabe y, por supuesto, de la arquitectura de Marruecos.
Elementos y espacios característicos
La arquitectura de Marruecos, al seguir los preceptos Islam, suele respetar una premisa: la parte exterior es sobria, incluso austera y simple, sin intención de mostrar ostentación, mientras que los interiores pueden ser más ricos, tanto en decoración como en materiales. No obstante, predominan aquellos más asequibles como la madera, el yeso, el ladrillo o la cerámica, en sintonía con la idea de que lo único verdaderamente eterno es Alá.
En cuanto a los elementos constructivos, la arquitectura de Marruecos y la musulmana en general se caracteriza por desarrollar una variedad extraordinaria de arcos: de herradura, apuntados, túmidos, lobulados, polilobulados, entrecruzados, peraltados… Y relacionado con la variedad de arcos está la extraordinaria diversidad de cúpulas, que en los palacios alcanzan su cénit en cuanto a riqueza y maestría.
Además, los arcos no solo se utilizan con fines constructivos, como en la mayoría de países no árabes, sino también con fines meramente decorativos. De ahí que surjan arcos ciegos, tanto en el interior como en el exterior de las construcciones. Lo mismo se puede decir de los ladrillos: en ocasiones se emplean en fachadas y cornisas para generar un efecto ornamental muy característico, que adquiere su máxima expresión en la sebka o tramas geométricas de ladrillos entrecruzados, presentes a menudo en minaretes
También son muy habituales los pórticos, sobre todo en patios interiores, pues el espacio creado en ellos ofrece una preciada sombra para quienes se desplazan por el conjunto, ya sea una mezquita o un palacio.
Hemos hecho mención a los patios y, sin duda, son uno de los elementos más importantes de la arquitectura de Marruecos. Salvo los patios de abluciones en las mezquitas, donde se instala una única fuente en el centro, en el resto de patios surgen diferentes fuentes y abundante vegetación. Son los llamados riads, lugares que invitan a la pausa, al reposo y a la reflexión. Suelen estar en palacios urbanos de la medina o en viviendas tradicionales, y muchos de ellos se han reconvertido en la actualidad en pequeños hoteles con mucho encanto
Pero sin duda, la tipología que mejor integra la naturaleza en la ciudad son los jardines, muy popularizados en la arquitectura de Marruecos gracias a su concepción divina: son una metáfora del paraíso protegido a los elegidos, donde los colores, las formas y los aromas permiten imaginar lo que les espera en el Más Allá. En ellos, el agua juega un papel fundamental, capaz de aportar frescor, purificación y vida, en definitiva. Puede haber árboles frutales, arbustos de menor tamaño, flores y una larga lista de especies.
Estilos tradicionales en la arquitectura de Marruecos
No toda la arquitectura de Marruecos es igual, ni mucho menos. Cambia según la región, como es lógico, pero también en función del periodo histórico en el que se encuadre la construcción, puesto que cada dinastía reinante en el país tenía sus propia concepción de la vida y, por consiguiente, de la cultura y la arquitectura.
Esta es una lista de estilos asociados a diferentes dinastías, corrientes e influencias, que están presentes en la arquitectura de Marruecos en mayor o menor medida:
- Almohades: el imperio almohade, que llegó a conquistar buena parte del norte de África y el sur de la península ibérica, surgió en Marruecos en el siglo XII. Desarrolló un estilo arquitectónico con detalles propios, como los minaretes cubiertos de sebka, apreciables en la Torre Hassan de Rabat y en la Mezquita Kutubia de Marrakech. Fueron, sobre todo, constructores de mezquitas
- Hispano-musulmán o andalusí: la arquitectura y cultura andalusíes se caracterizan, en general, por un gran refinamiento, y en Marruecos se mezcló de manera original y brillante con la austeridad y sobriedad de los bereberes. Son significativas las cúpulas muqarnas o de estalactitas y los azulejos de color verde turquesa, una tonalidad celestial
- Benimerines o meriníes: relacionados y contemporáneos a los nazaríes de Granada, al otro lado del Mediterráneo, esta dinastía llevó a la quinta expresión el refinamiento hispanomusulmán, con profusa decoración de azulejos, yeso, arabescos, escritura cursiva y cúfica, etc. Fueron grandes constructores de madrasas, una tipología ideal para desplegar su estilo, que proliferaron en su capital, Fez. También levantaron importantes obras públicas, como hammams
- Judíos: durante siglos y hasta la aliá emprendida desde 1948, la población judía era numerosa en el país. Por ello, es posible apreciar algunos detalles hebreos en la arquitectura de Marruecos, en especial en los llamados mellahs o barrios judíos. Así se ve, por ejemplo, en las fachadas con balconadas corridas en madera a varios niveles del mellah de Fez
- Portugueses: en su afán por descubrir una ruta para alcanzar las Indias bordeando África, el Imperio Portugués puso sus ojos en Marruecos en los siglos XV y XVI, conquistando antiguas ciudades, construyendo posiciones militares estratégicas y tejiendo relaciones comerciales con las autoridades locales. Por ello, en muchas ciudades costeras aún se aprecia la huella indiscutible de su arquitectura, como en Essaouira o El Jadida
La región y el clima, influyen
La arquitectura de Marruecos ha sabido adaptarse con el paso de los siglos a las necesidades impuestas por el clima de cada región. El ejemplo más claro es el de las construcciones del desierto, tanto militares como religiosas y civiles: el adobe es predominante, no solo porque la arena es omnipresente en la zona, sino también porque resulta una solución óptima de climatización, con interiores frescos en temporada cálida y templados en el invierno. Otros materiales a mano y muy aprovechados son los guijarros de los ríos secos (wadis).
Sin salir del desierto, hay que hacer referencia a la arquitectura efímera y desmontable de las jaimas bereberes, que podían acompañar a sus dueños nómadas durante sus largas travesías caravaneras. Hoy, ante el mayor sedentarismo de la población y el auge del turismo, es posible disfrutar de campamentos más o menos estables al pie de las dunas.
Algo totalmente opuesto encontramos, de manera excepcional, en algunas poblaciones de alta montaña. En particular, en el Medio Altas, donde algunas localidades están acostumbradas a la lluvia e incluso a la nieve invernal, como es el caso de Ifrane, apodada la ‘Suiza de Marruecos ‘ por sus construcciones con tejados a dos aguas.
Una modernidad que mira al pasado
Una cosa que te llamará la atención de la arquitectura de Marruecos cuando visites el país es la limitada presencia de construcciones de estilo vanguardista y, en particular, la escasez de rascacielos. Las hay, y se están construyendo más en la actualidad, pero no al ritmo de otros países. Esto puede relacionarse con el gusto de los marroquíes por su arquitectura tradicional: incluso los edificios más recientes tienen su inspiración, de una u otra manera, en el pasado.
Así puede apreciarse, por ejemplo, en los museos de nueva construcción. Pensemos en el Museo Mohammed VI de Rabat o en el Museo Yves Saint Laurent de Marrakech: si en otros países hubieran supuesto una gran ocasión para realizar un edificio ultramoderno y rupturista, en ambos casos se optó por erigir construcciones claramente inspiradas en la arquitectura tradicional de su ciudad, como puede verse en la blancura de los materiales y los arcos peraltados del primero, y el ladrillo rojo en el segundo.
Ejemplos destacados
A lo largo y ancho del país encontrarás bellos ejemplos de las tipologías de la arquitectura de Marruecos. Los puedes consultar y descubrir a fondo en las páginas dedicadas a cada destino, y en nuestro blog también analizamos los grandes monumentos del país. Pero aquí te mostramos un listado resumido de algunas construcciones simbólicas que no deberías perderte durante tu viaje, si recalas en estas ciudades:
- Tetuán: Palacio Real
- Chaouen: Kasbah
- Asilah: Palacio Raissouni
- Fez: Mezquita de los Andaluces, Madrasa-Universidad de Karaouine, Madrasa Bou Inania, Fortaleza Borj Nord, Palacio Real
- Meknes: puerta Bab Mansour, Mausoleo del sultán Moulay Ismail
- Rabat: Mausoleo de Mohammed V, kasbah de los Oudayas, Torre Hassan
- Casablanca: Mezquita de Hassan II
- Essaouira: Fortaleza de la Skala
- El Jadida: Aljibe
- Marrakech: Mezquita Kutubia, Tumbas Saadíes, Madrasa de Ben Youssef
- Ouarzazate: Ksar de Ait Ben Haddou, Kasbah de Taourirt
- Alto Atlas: Kasbah de Telouet