La gran extensión de la cordillera del Atlas, con sus diferentes sierras, hace que en Marruecos se formen grandes valles, especialmente en la vertiente sur. Aunque en la actualidad sus ríos no son muy caudalosos, sí hacen posible la existencia de oasis y de áreas verdes donde también surgen pueblos y ciudades de interés. En este post te hablamos de uno en concreto: el Valle del Ziz, que tendrás la oportunidad de recorrer prácticamente por completo en muchos de nuestros circuitos por el país, especialmente aquellos que atraviesan el Atlas Medio para dirigirse al desierto del Sahara. Aquí te damos algunas claves de este entorno.
Dónde está y cómo es el Valle del Ziz
El Valle del Ziz es el espacio formado por la erosión del río del mismo nombre, que recorre unos 300 km desde las montañas del Atlas Medio hasta la frontera con Argelia. Una característica común a todos los tramos es la escasez de agua del río, con un caudal que apenas supone un hilo, que llega a desaparecer en algunos puntos de manera estacional. Y por supuesto, no es navegable.
Ese hilo de agua permite, sobre todo en sus primeros kilómetros, que se formen palmerales e incluso áreas de cultivo en sus vegas. Además, hay pantanos artificiales, como el de Hassan ed-Dhakil, que son los que realmente han hecho posible que buena parte de la población local se dedique a la agricultura.
En cambio, en su área más sureña, por ejemplo en Erfoud, el panorama se vuelve más árido y rocoso a su alrededor, anticipando su final: a diferencia de los ríos de otras latitudes, que concluyen su curso en otro río o en el mar, el río Ziz acaba desapareciendo en el Sahara, ya en Argelia.
Principales lugares de interés en el Valle del Ziz
El extenso Valle del Ziz integra lugares interesantes desde diferentes puntos de vista. La población más importante quizás sea Errachidia: se trata de una ciudad moderna, de unos 200.000 habitantes e impulsada por los franceses en la época del Protectorado porque ubicaron aquí una importante base militar. Aunque carece de grandes monumentos, es una ciudad con todo tipo de servicios (incluido un aeropuerto), por lo que puede servir de apoyo para grandes rutas hacia el desierto.
Erfoud, más al sur, sí es un destino turístico más habitual entre los viajeros extranjeros. Su principal reclamo son los fósiles de dinosaurios y animales prehistóricos, así como las rocas explotadas industrial y artesanalmente en sus talleres.
Desde el punto de vista histórico, lo más llamativo en el Valle del Ziz son las kasbahs y pequeñas aldeas fortificadas. Ejemplo de ello es el ksar de Maadid, con sus humildes muros de adobe y su estilo arquitectónico, entre decorativo y militar.
Y como decíamos, el paisaje de contrastes que hace posible el humilde curso de agua del Ziz convierte cualquier viaje en coche en una experiencia que vale la pena. Se pueden citar espacios como el manantial azul de Meski y las vistosas gargantas rocosas, que acompañan al viajero durante decenas de kilómetros.