¿Se puede visitar el Palacio Real de Fez? Te sacamos de dudas

¿Se puede visitar el Palacio Real de Fez? Te sacamos de dudas

Son muchos los que se preguntan si se puede visitar el Palacio Real de Fez, pues este palacio (Dar al-Makhzen, en árabe) es uno de los espacios más monumentales de la ciudad y de todo el país. Y la información que circula por la Red puede llevar a equívocos, pues a menudo se ofrecen ‘tours por el palacio’. En las siguientes líneas te explicamos todo lo que debes saber sobre el tema y algunas sugerencias que te damos al respecto.

No se puede visitar el Palacio Real de Fez

Por desgracia, no se puede visitar el Palacio Real de Fez. Al menos, a fecha de marzo de 2025, momento de redacción de este post. Este espectacular complejo con diferentes pabellones y jardines mantiene su estatus de residencia oficial del monarca alauita, que lo utiliza en determinadas ocasiones cuando viaja a la ciudad o sus alrededores. 

Por tanto, su uso está restringido a la familia real y a los miembros del Estado autorizados para ello, pero no para la ciudadanía general, por lo que no es visitable. De hecho, dado que el rey marroquí es también la autoridad religiosa más importante en el país, su residencia se considera un lugar sagrado y solemne, haciéndolo incompatible con las visitas del público general.

Esta prohibición de visitar el Palacio Real de Fez se extiende a todo el recinto, incluidos sus diferentes jardines, alcanzando una extensión total aproximada de 80 hectáreas. Este recinto está perimetrado por murallas históricas (no por verjas), con sus respectivas puertas de acceso, de modo que no es accesible desde el exterior, y tampoco se puede contemplar desde fuera.

Qué se puede visitar en el Palacio Real de Fez

Dado que no se puede visitar ni contemplar ningún punto del interior del Palacio Real de Fez, quienes se acerquen hasta aquí tendrán que conformarse con verlo de puertas para afuera. Pero se trata de un consuelo que merece la pena, pues las puertas principales son un monumento en sí mismo.

Se llaman las Puertas Doradas del Palacio Real de Fez y están flanqueadas por banderas nacionales, además de estar custodiadas permanentemente por miembros de la seguridad del Rey. Este acceso principal es un magnífico ejemplo del arte y la arquitectura de Fez, combinando formas y materiales muy característicos.

Se concibe como una fachada monumental, dividida en cinco portadas, por donde se reparten las siete puertas propiamente dichas: tres en la portada central y una en cada una de las portadas laterales. Los alfices que enmarcan las puertas están ricamente decorados con azulejos locales, con su característica tonalidad azulada, aunque también se emplean otros colores como el verde o el amarillo, trazando una fantasía de zellige que también se expande por los arcos túmidos (apuntados de herradura).

Por encima de ello, galerías de arcos ciegos de diferente trazado, con mocárabes. Y cubriendo todo ello, tejadillos con las emblemáticas tejas verdes que se emplean también en otros monumentos de la ciudad, como sus mezquitas.

Su nombre de puertas doradas hace mención a la tonalidad que tienen las puertas propiamente dichas, que están hechas en madera de cedro tallada pero están forradas de latón. La trama de su diseño, con fantasiosas formas estrelladas que incluyen los pomos, son un alarde de refinamiento decorativo.

Para contemplar todo este espectáculo es necesario acudir a la Place des Alaouites, una de las más importantes de la ciudad por ser la gran explanada que se extiende frente al Palacio Real de Fez, con algunos árboles en su perímetro que dan una limitada sombra pero aportan un interesante contraste verde al espacio. Entre esos árboles se reconocen palmeras y, sobre todo, limoneros, toda una seña de identidad de la plaza y cuyo jugo serviría para abrillantar las puertas, según creencia popular.