Marrakech tiene muchos e interesantes monumentos históricos que se pueden visitar: el Palacio Bahia, la madrasa de Ben Youssef, las Tumbas Saadíes… Y desde 2019 cuenta con otro que añadir a la lista: la Qubba Almorávide que, no obstante, es mucho más antigua, como te contamos más abajo. Sigue leyendo si quieres conocer esta sorprendente construcción, a la que no todos los viajeros prestan la atención que merece.
Un poco de historia
Marrakech fue fundada en 1062 por los almorávides y desde entonces, ha tenido una importancia capital. De hecho, con varias dinastías esta ciudad desempeñó ese papel, el de capital del sultanato, con los almorávides (siglos XI-XII), los almohades (siglos XII-XIII) y los saadíes (siglos XVI-XVII). Pero por desgracia, quedan pocas construcciones datables en el periodo de su primera dinastía, la almorávide: esto es así, sobre todo, porque la dinastía sucesora, la almohade, destruyó o desvirtuó buena parte de lo que se encontraron en ella al conquistarla.
Sin embargo (y ahí está la importancia de este monumento), la Qubba Almorávide es una de las pocas construcciones supervivientes, por lo que se trata de uno de los vestigios más antiguos de la ciudad. Se edificó en torno al 1125, por lo que ronda los nueve siglos de historia en pie, aunque así ha sido ‘gracias’ a su posterior abandono y semi enterramiento, fruto de la dejadez y la desidia.
Por suerte, la Fundación Benjelloun, que gestiona y ha restaurado otros monumentos marrakechíes, la sacó del olvido a comienzos del siglo XXI con una profunda restauración, para disfrute de todos los viajeros actuales.
La Qubba Almorávide, una cúpula única
La Qubba Almorávide no sólo es única por su antigüedad, sino también por su tipología y estilo. Cabe recordar que el término qubba significa cúpula en español, y de hecho también se la conoce a menudo como Cúpula Almorávide. Otro aspecto interesante es que no se sabe a ciencia cierta cuál era su función: lo más probable, según muchos expertos, es que albergara una fuente de abluciones para los fieles que, justo después, acudían a la mezquita de Ben Youssef, que se encontraba aquí al lado.
Se trata de una sencilla construcción, rematada en cúpula, que alcanza los 12 metros de altura desde el suelo. Es de planta rectangular, con lados de 7,35 m y 5,45 metros. Cuenta con dos cuerpos en los que se abren arcos de diferente tipo, principalmente polilobulados y de herradura. Sus materiales constructivos son el ladrillo, la piedra y la madera de cedro. Por lo que respecta a su interior, destaca su cúpula, por tratarse de uno de los primeros ejemplos con mocárabes, presentes en pequeñas cupulillas en las esquinas.
Por su geometría y distribución, muchos estudiosos encuentran paralelismos con otras dos cúpulas históricas de la península Ibérica y el mundo andalusí: la de la mezquita-catedral de Córdoba y la de la mezquita de Bab al-Mardum de Toledo, actualmente llamada del Cristo de la Luz, ambas construidas bajo la dinastía omeya andalusí. En cambio, su decoración de motivos florales y vegetales tallados serían una reminiscencia del arte abasí de Oriente Próximo, por lo que este monumento estaría asimilando el arte de los dos grandes centros de poder del mundo musulmán en los siglos X y XI.
Visitar la Qubba Almorávide de Marrakech
Por suerte, ya es posible visitar la Qubba Almorávide, ya sea por libre o acompañados de un guía. También se puede contemplar desde fuera, pues cuenta con una barandilla alrededor de la construcción, que facilita su visión. Estos son los datos a tener en cuenta (consultar antes, por eventuales cambios):
- Dirección: 75 Derb Souk Cheria, Marrakech
- Precio: 60 DH
- Horario: de lunes a viernes, de 8.30 a 18.00. Cerrado los sábados y domingos