Igiliz y Tinmel, dos lugares para viajar al origen de los almohades

Igiliz y Tinmel, dos lugares para viajar al origen de los almohades

La dinastía almohade ha sido una de las más importantes en la historia de Marruecos y nos han legado grandes monumentos, como la Torre Hassan de Rabat o la mezquita Koutoubia de Marrakech, que mencionamos en este artículo. Sin embargo, resulta interesante acudir a dos lugares casi desconocidos para entender el origen de los almohades, que nos remite al Marruecos más rural.

¿Quienes fueron los almohades?

La dinastía almohade surgió como un movimiento religioso en el siglo XII en el sur del país, especialmente en las montañas del Atlas y al sur de éstas. Se oponían a los almorávides, dinastía gobernante en aquel entonces, y buscaban un retorno a los valores más ortodoxos y puritanos del Islam.

Su fundador fue Ibn Tumart, un líder religioso que pronto contó con el apoyo de las tribus bereberes, y su primer gran impulsor fue su seguidor y sucesor, Abd al-Mumin, encargado también de iniciar la devoción por el fundador de la dinastía. Por tanto, si nos centramos en el lugar de nacimiento y en el lugar de fallecimiento de Ibn Tumart, encontramos los dos lugares más significativos para esta dinastía, que llegó a conquistar Marrakech y dirigió un imperio que traspasó el Estrecho de Gibraltar, hasta gobernar en Al-Andalus un siglo después.

Igiliz: génesis y baluarte almohade

Un primer lugar fundamental para entender los orígenes de la dinastía almohade es Igiliz, localidad de nacimiento de Ibn Tumart: era un poblado fortificado en lo alto de un afloramiento rocoso, lo que facilitaba su carácter inexpugnable. Su ubicación exacta permaneció desconocida hasta el año 2005, en que una excavación arqueológica lo destapó: se encuentra a unos 60 km al sur de Taroudant, en el Anti Atlas. 

Desde entonces se ha realizado una labor de conservación y musealización del recinto arqueológico para poder ser visitado, con paneles explicativos que permiten comprender los diferentes espacios de aquel poblado donde nació y creció Tumart: contaba con una kasbah, una gran mezquita, viviendas colectivas, talleres de actividades metalúrgicas… 

Dos alicientes de su visita son las espectaculares vistas del entorno y la caminata para llegar, sólo apta para senderistas experimentados: se parte de la localidad de Tamgounsa, entre palmeras, tomillo, higueras y argán al principio, para después proseguir por un exigente paisaje lunar.

Tinmal: una mezquita única

Ibn Tumart falleció en la localidad de Tinmal (o Tinmel), enclavada en el Alto Atlas, a unos 170 km de Igiliz. Ese fue el principal motivo por el que su seguidor y sucesor Abd al-Mumin mandó erigir una mezquita en su honor. Y no fue una mezquita cualquiera, sino un recinto que marcó las directrices arquitectónicas y estilísticas de los templos almohades sucesivos: empleo del ladrillo, revestimientos de adobe rojo, arcos apuntados de herradura, en algunos casos enmarcados en alfiz…

Desde hace mucho tiempo, había perdido su carácter sagrado para convertirse en un monumento visitable por todos. Pero por desgracia, en 2023 volvió a ser noticia, pues quedó prácticamente arrasada por culpa de los terribles terremotos del Atlas en el mes de septiembre de dicho año. 

Las autoridades, conocedoras del extraordinario valor patrimonial e histórico de la mezquita de Tinmel, no dudaron en emprender una reconstrucción para devolver el esplendor y el simbolismo al lugar, restituyendo su aspecto original. A fecha de enero de 2025, cuando se ha redactado este post, los trabajos estaban ya muy avanzados, sin conocerse la fecha de finalización.

En cualquier caso, pese a los avatares que han sufrido la fortaleza de Igiliz y la mezquita de Tinmal, ambos recintos merecen ser visitados y admirados por los amantes de la historia pero también por los apasionados de la naturaleza, gracias a su ubicación entre las montañas del Anti-Atlas y el Alto Atlas, respectivamente.