Una de los aspectos que tienen en común la cultura marroquí y otros muchos pueblos vecinos, como el español, es la importancia del pan en la gastronomía. Pero, ¿sabías que el pan marroquí es muy distinto? En este post te contamos las claves del batbout, que es su nombre local: qué es, cómo se cocina y cuándo se come.
Qué es el batbout: características principales
No tendrás problemas en reconocer el batbout: este pan marroquí no se presenta en barras, como es habitual en muchos países, ni siquiera en hogazas, que es la forma más universal del pan. En cambio, se presenta en un pequeño formato redondo y plano, de aproximadamente un puño de tamaño, aunque puede haber también versiones más grandes o más pequeñas, lógicamente.
El color habitual es el dorado pálido, propio de los ingredientes que lleva (que a continuación enumeramos), pero con notas más oscuras fruto de su tueste. Y al agarrarlo con la mano, cortarlo y llevarlo a la boca, uno comprende en ese momento que su tacto es especialmente esponjoso.
Cómo se cocina el batbout
Todas las características mencionadas más arriba derivan de sus ingredientes y método de elaboración. Por lo que respecta a los ingredientes, su receta destaca por la sencillez, con materia prima que todos tenemos en casa o fáciles de conseguir en cualquier supermercado:
- Harina de trigo
- Sémola de trigo (en una proporción que no llega al doble de la harina)
- Un poco de sal
- Un poco de levadura seca
- Agua
De no disponer de sémola de trigo, también es posible emplear maicena. Y como habrás notado, no se emplea ni aceite ni mantequilla ni azúcar, toda una ventaja para quienes desean tener a raya sus índices de colesterol y glucosa.
La elaboración tampoco tiene mucho misterio: se mezclan los ingredientes secos y luego se va añadiendo agua poco a poco hasta que queden bien ligados, con una masa de consistencia adecuada y no pegajosa, para darle la forma circular y plana.
Por último, el siguiente paso es quizás el más diferenciador: este pan no se cocina al horno, sino en sartén, pero sin aceite. Por tanto, se trata de un pan que no se hornea ni se fríe, sino que se tuesta, dándole las motas oscuras indicadas más arriba. Para que esto ocurra, debe usarse una sartén bien caliente y mantener cada cara durante máximo dos minutos.
Cuándo se come el batout
La respuesta a esta cuestión es sencilla: cualquier ocasión es buena para ello. Pero no cabe duda de que hay momentos más propicios que otros. Por ejemplo, es habitual para muchas familias emplear este pan para las cenas del periodo de Ramadán, gracias a que tiene una gran consistencia, con capacidad para saciar.
Pero también es una buena solución para llevarse algo a la boca rápidamente, sin necesidad de cocinar o calentar: se abre y se introduce en él cualquier alimento, desde carne a pescado, pasando por verduras o queso, entre otros. Y por supuesto, es perfecto para untar en él los muchos alimentos cremosos que se cocinan en la gastronomía marroquí, como humus, zaalouk o bissara, entre otros.
Además, también se puede utilizar como acompañamiento, perfecto para ayudarse a montar la comida en en una cuchara, por ejemplo, o incluso para rebañar el plato, algo que para muchos es el momento favorito de un almuerzo o una cena.
Como ves, el babout o pan marroquí puede ser tu gran compañero y aliado en las comidas durante tu viaje, así que si este alimento te gusta y deseas compararlo con el que comes en casa, no desaproveches la ocasión de pedir las raciones que te hagan falta. ¡Todo un manjar!