El barrio de curtidores de Fez se llama Chowara o Chouara. También se le conoce como la curtiduría de Fez o las tenerías de Fez. Sea cual sea el nombre empleado, se trata de un lugar inconfundible y único, ejemplo del apego que se tiene en Marruecos a las tradiciones artesanales, y a su vigencia como actividad económica todavía válida en nuestros días.
Dónde está el barrio de curtidores de Fez
El barrio de curtidores de Fez está dentro de la medina histórica, concretamente en una manzana formada aproximadamente por las calles Derb Sidi Moussa y Zkak Iahjar, y no muy lejos del Museo Nejjarine de Artes y Artesanías de la Madera.
Para llegar hasta aquí lo más sencillo es caminar, y además puede resultar un paseo muy interesante si comienzas desde la famosa Puerta Azul y recorres toda la calle Talaa Sghira. La otra opción es tomar un taxi que te puede dejar en las inmediaciones, pero las calles laberínticas de la medina no dejan margen para la circulación de autobuses.
Cómo trabajan los curtidores
Los artesanos del barrio de curtidores de Fez siguen trabajando como hace siglos, de ahí el interés de desplazarse hasta aquí. El espacio está distribuido en grandes cubetas a modo de panal de abeja. Algunas de ellas, las de color más blanquecino, se emplean para acondicionar en un primer momento la piel (llegadas, por cierto, en carros tiradas por burros, lo que supone otra escena muy añeja). En esta primera preparación se busca dar firmeza a la piel, aplicando una solución líquida a base de cal, excrementos de ave, orina de vaca y otras materias orgánicas.
Posteriormente se repasan las pieles para eliminar impurezas y se secan en centrifugadoras, para después introducirlas en las cubetas de colores, donde se les aplica el tinte y aceites para teñir y dar suavidad a la piel. Por último, se dejan secar las pieles en los tejados adyacentes durante un par de días.
Terminado este proceso, se venden las pieles de diferentes maneras. Por ejemplo, se llega a acuerdos con firmas de moda y marroquinería, incluso de lujo, para la adquisición de dichas pieles de cara a las nuevas colecciones. Pero también se mantiene la tradición de subastar dichas pieles en la medina, de tal manera que los pequeños productores locales pueden hacerse con esta materia prima a un precio más justo. Sin duda, comercio de cercanía.
Por qué visitar el barrio de curtidores de Fez
El barrio de curtidores de Fez no es un lugar monumental, ni mucho menos. Y las condiciones ambientales del espacio tampoco son precisamente agradables. De hecho, lo que más llamará tu atención en un principio es su fuerte hedor, debido a los productos químicos y a los ingredientes naturales que se emplean en el proceso. Y es por ello que, probablemente, se te ofrezcan una hojas de menta o una rama de hierbabuena para colocarla bajo la nariz y camuflar el desagradable olor del lugar.
Sin embargo, quienes visitan el barrio de curtidores de Fez lo hacen porque es una extraordinaria ocasión de conocer un mundo que se va: el de las artesanías tradicionales. De hecho, en el resto del mundo, las curtidurías se trasladaron a la periferia de las ciudades, llevando a cabo una producción industrial con unos estándares de seguridad e higiene muy estrictos. En cambio, aquí esta actividad se mantiene como antaño, e incluso la cooperativa de profesionales sigue manteniendo una cierta organización gremial.
Así que si te interesan las tradiciones y quieres presenciar una actividad ancestral que sigue muy viva, visitar el barrio de curtidores de Fez puede ser una interesante opción para ti.