Para muchos viajeros, las plazas son el fiel reflejo de la ciudad en la que se ubican: su seña de identidad que muestra su ambiente, su ritmo, su carácter. Por ello, conocer las principales plazas de Fez es un buen ejercicio para introducirse en la vida de esta fascinante ciudad, llena de historia, monumentos y artesanía. En este post te mostramos 5 de las más importantes o, al menos, de las más características, para que las visites en tu viaje.
Plaza de Nejjarine
Para muchos, la plaza de Nejjarine es la más representativa de Fez. Y no es, ni mucho menos, la más grande. De hecho, es un pequeño y angosto espacio que se abre en la medina, justo enfrente del actual Museo de Arte y Artesanía de la Madera (conocido a menudo como Museo Nejjarine). Su atractivo reside en los puestos de venta de productos de madera de su entorno, donde muchos carpinteros trabajan a diario en piezas de este material. Además, la fuente que se ubica aquí, decorada con azulejos y un delicado tejadillo de madera, es también una buena muestra de la importancia que se ha dado siempre al abastecimiento público de agua en esta ciudad.
Plaza de Seffarine
Como la de Nejjarine, es otra pequeña plaza de la medina, cuyo atractivo reside en la actividad que en ella se produce. En este caso, los puestos de caldereros, es decir, artesanos del cobre que aquí se dedican a reparar ollas, cazos y otros utensilios hechos en este metal. Carece de grandes monumentos, pero aquí, para capturar su esencia, no hay que fotografiar nada, sino grabar: en concreto, grabar el sonido de los martillos y cinceles que aquí se utilizan.
Plaza des Alaouites
De dos plazas angostas y humildes de la medina nos vamos a otra mucho más grande y fuera de las murallas: la Plaza de los Alauitas. Esta gran plaza se extiende frente al Palacio Real (El Makhzen), que todavía hoy utiliza el soberano para pasar algunos periodos del año. Aunque no se puede pasar al palacio, lo más bello de la plaza son precisamente sus puertas doradas: aunque no son de oro sino de bronce, su combinación con los delicados azulejos fasíes (en su característico azul sobre blanco) dan al espacio un aspecto monumental y hermoso, con uno de sus lados enmarcado por las murallas de la medina nueva o Fez el-Jdid.
Plaza de Bou Jeloud
También a las puertas de la muralla pero con mucha más animación encontraréis la Plaza de Bou Jeloud. Se trata de uno de los accesos principales a la medina vieja o Fez el-Bali. Esa animación se da porque, al otro lado de su puerta (Bab Bou Jeloud) se llega a las dos calles más comerciales del casco antiguo: Talaa Kebira y Talaa Seghira. La mencionada puerta, por cierto, es una de las más monumentales y elegantes de todo el recinto histórico, llamada a menudo como la ‘Puerta Azul’ porque ese es el color de los azulejos que la decoran. Con tres arcos túmidos enmarcados por un gran alfiz, es uno de los rincones con mayor encanto de la ciudad.
Plaza de R’Cif
Por último, otra plaza frente a una puerta de la muralla, con tres arcos y decoración azul: la Plaza de R’Cif. Pero en este caso, más amplia y dominada por el minarete de la mezquita del mismo nombre. Para algunos viajeros, se puede considerar el equivalente a la de Jemaa el-Fna en Marrakech, aunque aquí el ambiente no es tan frenético como en aquella, y el número de puestos que se montan no es tan numeroso. Pero sin duda es un lugar característico que bien vale la pena visitar.