Meknes, en Marruecos, es una de las cuatro ciudades imperiales del país, junto con Fez, Marrakech y Rabat. De todas ellas, esta es probablemente la menos conocida. Pero no por ello, menos interesante: al contrario, se trata de una de las ciudades más bonitas de Marruecos y, por tanto, tiene ese factor sorpresa que tanto gusta a los viajeros que creían haberlo visto todo ya. Al igual que hemos hecho recientemente con los posts de Marrakech y Fez, en este artículo analizamos 5 razones por la que debes ver esta ciudad, también llamada Mequinez en español y situada en el Atlas Medio.
Meknes: Patrimonio de la Humanidad
¿Hay alguna distinción mejor que esta para demostrar su valor artístico, cultural e histórico? Seguramente no. La afirmación de que Meknes es una de las ciudades más bonitas que podemos ver en Marruecos se apoya es este nombramiento realizado por la UNESCO en 1996, así como en otras denominaciones populares, como su oficioso título de ‘La Versalles Marroquí’. Además de la belleza de sus monumentos, el visitante apreciará su buen estado de conservación.
El hogar de uno de los sultanes más famosos: Moulay Ismail
La historia de Meknes y Marruecos confluyeron para siempre gracias al sultán Moulay Ismail, uno de los más famosos de la historia de este país, a finales del siglo XVII. No fundó la ciudad (eso lo hicieron los bereberes en el siglo IX), pero sí decidió trasladar hasta aquí la capital y su Corte en 1672. En ese momento surgió casi de la nada una bella ciudad monumental, que ha llegado muy bien hasta nuestros días. Uno de los principales edificios de aquella época es el Mausoleo de Moulay Ismail, uno de los pocos santuarios religiosos que puede ser visitado por los no musulmanes. Su palacio de gobierno fue Dar El Makhzen, una de las visitas imprescindibles de la ciudad.
Cuenta con más de de 40 km de murallas
Otro de los vestigios que ver de la época gloriosa de Meknes como capital, que duró 55 años, son sus murallas: más de 40 almenados kilómetros que rodean la ciudad imperial y en las que se sitúan hermosas puertas de ingreso. La más famosa es probablemente Bab Mansour: para muchos, una de las más bonitas del mundo en esta tipología.
Medina de Meknes: Marruecos en estado puro
Pero para conocer la verdadera vida marroquí deberás dirigir tus pasos en dirección contraria a la zona imperial del sultán Moulay Ismail. En la medina de Meknes encontrarás zocos, artesanía, mezquitas de gran valor artístico, medersas, bares (muchos bares) y otros muchos establecimientos donde podrás apreciar el animado latir diario de esta ciudad.
Volubilis, un viaje al pasado romano de Marruecos
Muy cerca de Meknes (a 27 kilómetros) se encuentra uno de los mejores yacimientos arqueológicos de lo que los romanos llamaron Mauritania Tingitana, la provincia del Imperio situada en extremo noroccidental de África. Su nombre es Volubilis y entre los vestigios que podemos ver está el Arco del Triunfo de Caracalla y el Templo de Júpiter Capitolino, construidos en los siglos II y III d.C.