Visitar Alcazarquivir (también conocida como Ksar-el-kebir, por su nombre en árabe) no siempre es una prioridad en los circuitos turísticos por Marruecos. Ni siquiera los que se centran en el norte del país, la zona en la que se ubica está localidad de más de 130.000 habitantes (provincia de Tánger-Tetuán-Alhucemas). Sin embargo, los viajeros interesados en rutas alternativas y poco trilladas encontrarán muchos motivos para venir a conocerla. Y como Turismo Marruecos es una agencia que organiza viajes a medida por el país, en este post te damos 4 motivos que te pueden convencer para adentrarte en esta pequeña ciudad.
La famosa Batalla de los Tres Reyes
Alcazarquivir tiene una historia que se remonta a la época romana y, de forma más documentada, a la idrisí y a la almohade. Pero el episodio histórico más relevante aquí acontecido sucedió en 1578 en la conocida como la Batalla de los Tres Reyes: dos marroquíes y un portugués. Se trata de una época en la que Portugal tenía grandes pretensiones expansionistas en el norte de Marruecos y su rey, el famoso y añorado Sebastián, decidió intervenir con sus tropas (y con las de su tío, el rey Felipe II de España) en apoyo del rey marroquí depuesto, Muley Ahmed o Al-Mutawakkil, para combatir contra el recién ascendido al trono Abd el-Malik.
Pero el destino quiso que los tres monarcas, presentes en el campo de batalla, acabaran perdiendo la vida. Eso motivó que el trono marroquí recayera en Ahmed al-Mansur, que el trono portugués acabara posteriormente en manos de Felipe II y que Portugal se sumiera en un estado depresivo con añoranza de su pasado glorioso, un movimiento conocido como Sebastianismo.
Los judíos de la ciudad, que eran numerosos, debieron de sentirse aliviados, en cambio, pues una victoria del rey portugués habría provocado probablemente su conversión forzosa. En la actualidad, un monolito ubicado en lo que fue el campo de batalla recuerda dicha contienda, única por sus consecuencias.
Mezquitas y zaouias
Alcazarquivir es una ciudad rica en templos religiosos, especialmente mezquitas y zaouias (monasterios islámicos). Pese a que no se pueden conocer internamente salvo que el visitante profese también el Islam, sí se pueden contemplar exteriormente. La más destacada es la Gran Mezquita, restaurada recientemente. Sus orígenes se remontan al siglo XII y su gran minarete se edificó con piedras utilizadas de épocas anteriores, en especial del periodo romano. El santuario y zaouia de Sidi Kassen es otra de las construcciones destacadas, en este caso en estilo hispano-musulmán.
Actividades tradicionales, aún vivas
Aunque en los zocos de las grandes ciudades es posible comprar artesanía de gran calidad, la ventaja de hacerlo aquí es que, en muchos casos, es posible entrar en contacto con los propios artesanos. Incluso, en plena faena. En esta pequeña ciudad perviven actividades tradicionales como la de la alcaicería (mercado de tejidos, como la seda) o las tenerías, donde aún se curten y se tiñen las pieles animales, en un espacio separado de la medina.
Vestigios del Protectorado Español
Alcazarquivir formó parte del Protectorado Español de Marruecos a comienzos del siglo XX. Y por ello, se construyeron numerosos edificios en el estilo neo-hispanomusulmán, acorde con la época. Algunas de dichas obras son atribuibles al artista Mariano Bertuchi, como la fuente del patio del Santuario de Sidi Bu Ahmed. Uno de los ejemplos más destacados de este periodo es el cuartel de Tropas Regulares, utilizado por el ejército español, en un estilo inspirado en la arquitectura nazarí de Granada. E incluso se llegaron a construir iglesias, como la Iglesia del Sagrado Corazón, que tras la independencia del país pasó a ser un centro social.