Hammam en Marruecos: lo que debes saber sobre estos baños locales
Acudir a un hammam en Marruecos es una de las mejores formas de adentrarse en la vida cotidiana del país, pues darse un baño en estas instalaciones se trata de una experiencia que los propios marroquíes realizan a diario. Eso sí: deberás ser totalmente respetuoso con el resto de personas y cumplir con las reglas de convivencia para integrarte con naturalidad en ellos. Por eso, en esta página te contamos todo lo que debes saber sobre los hammam en Marruecos: su origen, su ritual de baño, sus precios y sus normas de comportamiento.
Qué es un hammam
Un hammam, en Marruecos y en la mayoría de países árabes, es un baño público y de uso comunitario. Tradicionalmente se han usado como espacios de higiene, en tiempos en los que el agua corriente o el agua caliente no era tan habitual en las casas. También han tenido un uso religioso, como forma de realizar las abluciones o limpieza profunda y purificadora de cara a la oración.
En la actualidad, su uso también está relacionado con la estética y el bienestar corporal, puesto que se trata de baños de vapor y piscinas de agua a distintas temperaturas que logran un efecto relajante en las personas que se someten a ellos. Es por eso que este concepto de baño se ha internacionalizado y hoy es posible encontrarlo en las ciudades de otros muchos países, incluidos los no islámicos.
Por último, no hay que olvidar que un hammam en Marruecos también tiene un importante componente social: durante siglos ha sido uno de los principales puntos de encuentro entre hombres y mujeres (siempre por separado), y servían para charlar en un ambiente relajado y distendido.
Este componente social ha sido especialmente relevante en el caso de las mujeres, puesto que durante mucho tiempo esta era la única salida permitida que tenían. Aquí no solo se relacionaban de manera distendida con sus amigas, sino que las mujeres más adultas también podían calibrar mejor el estado físico de las jóvenes que quizás un día podían llegar a ser las esposas de sus hijos.
Además, los hammam en Marruecos han sido tradicionalmente motivo de orgullo y de prestigio para una ciudad: su nivel se valoraba en función de la grandeza y limpieza de su o sus baños.
Un poco de historia
El hammam a menudo se conoce como baño turco, pero su origen no procede exactamente de este país. Hay que remontarse mucho antes de la aparación del Islam en el siglo VII para encontrar su precedente directo: hablamos de las termas romanas, que se inspiraron a su vez en recintos de baño de la Antigua Grecia. Desde Roma se difundieron por las principales ciudades del Imperio y, de esta manera, llegaron a su área oriental, que tras la caída del Imperio Romano de Occidente pasó a denominarse Imperio Bizantino, con capital en lo que hoy es Estambul. Esto puede explicar el motivo por el cual se emplea el término “baño turco” para estas instalaciones.
Lo que es seguro es que la nueva civilización árabe conocía la práctica de los baños públicos en el Imperio Bizantino y los asimiló para su propia vida cotidiana, siendo muy habituales también en tiempos posteriores, como durante la expansión del Imperio Otomano.
Cabe decir que las termas romanas tenían un funcionamiento muy parecido al hammam actual, basado en piscinas con agua a diferentes temperaturas. En estos casos, no tenían una función religiosa, pero sí higiénica, social y estética.
En las termas romanas había principalmente tres espacios acuáticos: frigidarium (agua fría), tepidarium (agua templada) y caldarium (agua caliente). Los usuarios recorrían las piscinas en ese orden, pero tras llegar al caldarium retrocedían de nuevo por el tepidarium y terminaban en el frigidarium.
En el caso de los hammam de Marruecos, como en el resto de países, se mantiene el contraste térmico como eje principal del ritual, pero no siempre están equipadas con piscinas llenas de agua en las que sumergirse, sino estancias con abundante vapor y una temperatura ambiental muy distinta. Además, en estas salas se disponen de bancos, grifos y cubos para que sea el propio bañista el que se aplique el agua y el jabón según su propio ritmo y resistencia.
No obstante, los hammams de Marruecos que tienen gestión privada, a menudo ligados a los hoteles y riads, sí pueden contar con diferentes piscinas con agua, en las que el bañista puede sumergirse y relajarse a otro ritmo.
Cuál es el ritual de baño
Si tomamos como referencia un hamam público de Marruecos, el ritual de baño sería más o menos el siguiente:
- Se accede al vestuario, donde hay que desvestirse para realizar el recorrido posterior por el hammam. En el caso de los hombres, lo habitual es conservar un bañador corto de tipo slip. En el caso de las mujeres, es más habitual el desnudo integral, aunque antes de optar por esta opción es mejor cerciorarse de que en el hammam está permitido. De lo contrario, será más prudente mantener la braguita del bikini
- Se accede a la habitación caliente, que es la primera. El objetivo aquí es que el cuerpo se vaya aclimatando al calor, puesto que la temperatura es realmente alta. En esta sala deberás coger dos cubos y llenarlos con agua: uno con agua fría y otro con agua caliente. El agua fría se suele usar para limpiar superficialmente el banco donde el bañista se va a sentar. El agua caliente, en cambio, se emplea para un primer lavado del cuerpo, también superficial, con el objetivo de retirar pelos, pelusas, etc.
- Se accede a la sala caliente, donde el calor es aún mayor y la saturación del ambiente es máxima, con la humedad relativa rozando el 100%. Aquí, el objetivo es propiciar que los poros de la piel se abran para provocar sudoración y la expulsión de toxinas. Ojo: la temperatura es muy elevada y no existe un tiempo estipulado de permanencia: dependerá de tu tolerancia al calor
- Se vuelve a la habitación caliente, en esta ocasión para un lavado más a fondo, tanto de la piel como del cabello. Es ahora cuando se utiliza el jabón y el agua de un cubo, mientras que la del otro cubo se emplea para aclarar el cuerpo. Una vez realizada esta limpieza más profunda, se deberá desechar el agua con cuidado por la pared de la sala. En este momento, es habitual ofrecerse para lavar la espalda de otro compañero, pues es la zona de más difícil acceso. Este ofrecimiento se suele hacer con la intención de que la otra persona devuelva el gesto y reciba el mismo favor
- Se accede al cuarto frío, donde termina el ritual del baño. La mayoría de los hammam de Marruecos suelen tener duchas aquí para realizar un último aclarado y retirar definitivamente los restos de sudor. También suelen contar con bancos para sentarse, pues es habitual reposar aquí un rato tranquilamente para que el cuerpo se acostumbre de nuevo a la normalidad
- Como paso opcional, tras el baño es posible disfrutar de un masaje que, por su peculiaridad, explicamos en el siguiente apartado
El masaje final en los hammam de Marruecos
Como decíamos, es posible solicitar un masaje como etapa final a tu experiencia en un hammam de Marruecos. Pero conviene decir que no es un masaje como los que puedes encontrar en un spa: las personas con cuerpos sensibles pueden incluso considerarlo un masaje doloroso mientras lo está recibiendo, aunque a su conclusión sentirá una intensa sensación de alivio y relajación.
Se trata de un masaje exfoliante, puesto que se realiza con una esponja o manopla especia,l y se usa un tipo de jabón específico para este momento: jabón negro o beldi, con aceite de oliva negra que desprende un aroma muy característico. Debes mentalizarte de que el masajista aplicará cierta fuerza sobre la piel.
Lo normal es que este masaje lo realice el personal del propio hammam, siempre del mismo sexo, aunque puede ocurrir que otro usuario o usuaria del baño se ofrezca a realizarlo. De nuevo, debes considerarlo un gesto desinteresado desde el punto de vista económico, aunque probablemente sí espere recibir otro masaje similar por tu parte.
Dónde disfrutar de un hammam en Marruecos
Es muy fácil encontrar un hammam en Marruecos, puesto que en las grandes ciudades suele haber al menos uno por cada barrio. Además, las localidades más pequeñas también suelen tener uno para sus ciudadanos, aunque a menudo no se publiciten mucho. Si tu intención es acudir a uno de ellos para vivir una experiencia 100% local, solicita consejo al personal de nuestra agencia, que sabrá indicarte uno a la altura de tus expectativas.
Más fácil, aunque más caro, será para ti acceder a un hammam privado en Marruecos. Muchos son los hoteles y riads que cuentan con este tipo de baños en sus instalaciones. Pueden reservar su acceso de manera exclusiva a sus huéspedes, pero también lo pueden abrir a otras personas no alojadas en su establecimiento, previo pago de una entrada. En este caso, también te aconsejamos solicitar consejo a nuestro personal, y si deseas reservarlo con antelación, incluiremos este servicio dentro de tu paquete de viaje.
Si vas a visitar Marruecos en viaje combinado con Andalucía, en esta comunidad autónoma española también encontrarás hammam enfocados al bienestar y la relajación. Nuestra agencia Andalucía Exclusiva podrá reservar esta experiencia para ti en ciudades como Córdoba, Granada o Sevilla, lo que supone una buena muestra del rico legado islámico que aún se aprecia en ellas.
Precios de un hammam en Marruecos
Los precios de los hammam de Marruecos dependen del tipo de baño al que acudas y de los servicios que solicites. El coste de un hammam público es realmente barato, sin llegar a 20 dirhams en muchos casos, si la entrada solo incluye el baño. En cambio, si se solicita el masaje final, la tarifa puede subir por encima de los 60 o 70 dirhams. También debes considerar 10 dirhams o algo más si necesitas productos de higiene, como el jabón o la toalla. Y a la salida, suele ser habitual dejar una propina de varios dirhams al empleado del hammam, a modo de agradecimiento por la limpieza del espacio y su gestión diaria.
Por su parte, los hammam privados están disponibles a un precio superior, puesto que tienen un carácter más exclusivo y orientado al mundo de la estética y el bienestar, y no tanto hacia la higiene personal.
Cómo comportarse en un hammam de Marruecos
Para que tu experiencia en un hammam de Marruecos sea placentera (especialmente si se trata de un baño público al que acuden ciudadanos locales), deberás respetar unas mínimas normas de comportamiento. Estas son algunas de ellas:
- Si eres hombre, mantén un bañador de tipo slip durante el baño. Si eres mujer, no te desnudes integralmente si nadie a tu alrededor lo ha hecho. En ese caso, mantén la braguita del bikini
- Si alguien se ofrece a lavar tu espalda, acéptalo con naturalidad, pues se trata de un gesto habitual. En ese caso, devuelve el gesto y haz tú lo mismo con la persona que ha lavado tu espalda
- Si alguien se ofrece a darte el masaje final pero no tienes intención de recibirlo, declina la oferta con respeto, naturalidad y una sonrisa
- Deja una propina al personal encargado de la limpieza y la gestión del hammam. En Marruecos es un gesto de educación y agradecimiento con estos trabajadores
- Llévate una esterilla para sentarte sobre ella en los bancos de cada sala, si crees que la limpieza del espacio no es del todo buena
- No metas los pies en los cubos que se rellenan de agua para la limpieza y el aclarado del cuerpo
- No te sientes en esos mismos cubos, ni siquiera poniéndolos boca abajo a modo de asiento
- Habla en voz baja si tienes que comunicarte con alguien de la sala. Recuerda que es un momento de relajación para otras personas, por lo que el ruido excesivo puede molestar al resto de bañistas
Respetando estas reglas y cualquier otra norma de sentido común, tu baño en un hammam de Marruecos será una experiencia placentera e inolvidable. Sin duda, un plan inmejorable para concluir una jornada intensa de turismo por la ciudad y una manera perfecta de relajar el cuerpo antes de ir a la habitación a descansar.